Álvaro Boix recibirá el Premio Agricultor del 2024 por impulsar un modelo rentable de agricultura y venta directa en el Camp d’Elx

25/02/2025

ASAJA Elche otorgará el Premio al Agricultor del Año 2024 a Álvaro Boix Valero en el marco de su tradicional Nit del Camp d´Elx, que cada año reúne a sus socios compromisarios, agricultores y ganaderos; empresarios del sector agroalimentario; comunidades de regantes, así como a un nutrido grupo de representantes políticos y miembros del Ayuntamiento de Elche encabezado por su alcalde, D. Pablo Ruz. Durante la velada, el presidente de ASAJA Elche, Pedro Valero, anfitrión del evento, ofrecerá un discurso sobre la situación actual del Camp d’Elx, problemas y posibles soluciones.

En esta ocasión, el galardón ha recaído en un agricultor de segunda generación, procedente de Asprillas, que lleva desde que era un niño inmerso en la actividad agraria, observando y aprendiendo de sus padres. Álvaro Boix “cosechero”, tal y como le conocen en la zona, produce una amplia variedad de productos de gran calidad: desde alcachofas, patatas, tomates, habas, lechugas, escarolas, cebollas, ajos tiernos, pepinos, judías, pimientos, berenjenas y alficoces hasta naranjas. Cultivos distribuidos en aproximadamente 15 hectáreas y 7.000 metros de invernadero, todos ubicados en la mencionada pedanía del Camp d’Elx.

Boix asevera que lleva la agricultura en el ADN y nunca ha querido dedicarse a otra cosa. La perseverancia y no dejarse vencer por cualquier adversidad -que son muchas- forman parte de la filosofía diaria de su trabajo, que comparte con su esposa Paqui: ella más centrada en labores de venta y él en el bancal e invernaderos, aunque también se le puede ver en los puestos de los mercados situados en poblaciones alicantinas como Elche, Santa Pola y El Altet. Juntos forman un tándem dedicado a la cosecha de frutas y hortalizas que comercializan de forma directa, sin intermediados, en las mencionadas localidades, donde cuentan con un gran porcentaje de clientes fieles.

Clave de éxito
Álvaro Boix, de 54 años, disfruta y potencia la agricultura de cercanía y la venta directa. “Me apasiona el trato con la gente, el tú a tú, porque cuando yo vendo un género mío es como si estuviese dando un trozo de mí”, admite. ASAJA Elche considera que la clave de su éxito ha sido construir un modelo de negocio rentable que le permite controlar toda la cadena alimentaria; desde el ciclo que inicia cualquier cultivo hasta su recolección, incluida la venta directa al consumidor.

El premiado recuerda con especial cariño cómo los vecinos y clientes se volcaron con sus productos durante la pandemia del Covid-19. “Para mí ha sido una suerte tener mucho campo y trabajo para entretenerme, además de cumplir una función social imprescindible: había que sacar género y llevarlo a los almacenes o a la lonja. La gente tenía que comer, pero como los mercados donde nos solían comprar cerraron, empezaron a llamarnos diciendo que querían comprar nuestros productos”. Con los medios que tenían, Álvaro y Paqui montaron un servicio de reparto a domicilio que les supuso una gran satisfacción personal y profesional.

Una situación a la que “Cosechas Boix” supo adaptarse del mismo modo que afronta con valentía las dificultades comunes al sector, sobre todo en la provincia de Alicante, donde el agua es un gran caballo de batalla.

El productor ilicitano galardonado se muestra muy crítico con la Unión Europea, especialmente con la difícil burocracia que impone, que no hace más que entorpecer el trabajo de las personas que queremos producir alimentos de cercanía y de calidad. “Parece que quieran frenar nuestra labor. El género cuesta un dinero hacerlo y si lo quieres hacer bien, si lo quieres hacer bueno, te cuesta el doble, y eso la Administración no lo tiene en cuenta”, destaca.

Para él, este premio significa una gran recompensa a toda su trayectoria, y aprovecha para destacar la gran labor que ejerce en su actividad el apoyo de los técnicos de ASAJA Alicante, quienes desde sus diferentes departamentos resuelven con agilidad sus problemas y le permiten seguir formándose para cumplir con todos los requisitos que requiere la administración.

Aunque sus tres hijos no se dedican al sector agrario, no descarta que alguno de ellos acabe siendo su relevo generacional. Álvaro afirma que “aún son jóvenes, están conociendo mundo y haciendo sus carreras, aquí siempre tienen una puerta abierta para forjar su futuro”.

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