ASAJA Alicante insta a los partidos políticos a contemplar medidas urgentes para impulsar el sector agrario de la provincia

17/05/2023

“El agua debe llegar a las tomas de todas las comunidades de regantes para garantizar la productividad y la viabilidad de las explotaciones y sus cultivos. Sin agua, no podemos trabajar”.

ASAJA Alicante quiere poner sobre la mesa, diez días antes de las elecciones, los graves problemas a los que se enfrentan los agricultores y el sector primario de la provincia de Alicante, con el objetivo de que los partidos políticos incorporen soluciones urgentes en sus programas y consideren cuáles son los requerimientos de la agricultura para que pueda desarrollarse sin las trabas a las que hoy se enfrenta. “Si no hay apenas producción de cereales o de las tan autóctonas cerezas no siempre es por la climatología o por agentes externos, lo principal es la ineficacia en la gestión de los dirigentes que ostentan las Administraciones, que en vez de planificar y ejecutar soluciones a largo plazo que favorezcan la certidumbre, se conforman con poner parches cuando ya no queda más remedio. Y en muchas de esas ocasiones, el agricultor ya está arruinado”, lamenta la asociación.

Ley de la Cadena Alimentaria
En primer lugar, considera fundamental el correcto funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, que si se aplicara correctamente contribuiría a que se acabasen los abusos hacia el eslabón más desprotegido de la cadena y evitar que se venda a pérdidas, con el objetivo final de que el sector agrario de esta provincia sea cada vez más rentable, sostenible y competitivo. Para ello, se debe dotar de presupuesto y activar la agencia valenciana de la AICA (Agencia de Información y Control Alimentarios), la AVICA, para que se pueda seguir de cerca las irregularidades que se producen en los campos valencianos, así como disponer de inspectores que “destapen” operaciones fraudulentas. El gran desafío de la Generalitat en el próximo mandato debe ser mejorar los ingresos de agricultores y ganaderos para romper la actual tendencia de abandono progresivo de las tierras agrícolas.

Además, la Administración autonómica debe trabajar de forma más dinámica y directa con Europa. Respecto a la mencionada ley, el presidente de la organización, José Vicente Andreu, propone que se extrapole al ámbito europeo. “Al igual que los agricultores españoles y europeos acatamos las directivas promovidas por el Parlamento Europeo, desde los grupos políticos españoles se ha de impulsar que dicho organismo haga extensible dicha ley al conjunto de la UE”.

Gestión del agua
Otro de los puntos fundamentales que la organización quiere trasladar a los partidos políticos es la gestión del agua, ya que “sin agua no podemos trabajar”. En primer lugar, que se mantenga el Trasvase Tajo-Segura con las normas de explotación vigentes hasta principios de este 2023. En segundo lugar, que las medidas complementarias para garantizar este recurso aseguren que esta llegue a todas las comunidades de regantes, a fin de garantizar la productividad y la viabilidad de las explotaciones. Para ello, ASAJA Alicante propone un eje hídrico vertebrador de la provincia a través de la construcción de una tubería de norte a sur con conexión a todas las comunidades de regantes mediante contadores robotizados, de tal manera que el agua esté disponible en las comunidades de regantes de forma continua y digitalizada. «Una gran canalización con la que captar y reutilizar las aguas residuales para el regadío, evitando que se pierda en el mar”. Al respecto, ASAJA remarca que esta propuesta no debe responder a “puros intereses ambientalistas”, sino que debe llevarse a cabo para que haya disponibilidad de agua para riego.

Respecto al Júcar Vinalopó, la asociación recuerda que hace quince años estaba previsto, consensuado por todas las partes y aprobado el presupuesto para ejecutar dicho trasvase desde la Corte de Pallás con 80 hectómetros anuales, de los cuales este mes se ha aprobado la llegada de solo 20,5, que aunque supondrá un respiro para nuestros campos, no deja de ser “una propuesta puntual que nos obliga a conformarnos con el 25% de los que nos prometieron”. Además, apunta que el cierre de los pozos para conseguir su recuperación debe ir en paralelo a que el Júcar Vinalopó se estabilice en sus transferencias de agua, es decir, en la medida que se consolide el trasvase con los volúmenes inicialmente previstos, pero no antes.

Presión fiscal/creciente burocracia
Otro de los grandes caballos de batalla de la agricultura es reducir la presión fiscal para mejorar la rentabilidad de los trabajadores del campo y, sobre todo, favorecer el problema del relevo generacional. En esta línea, ASAJA Alicante solicita suprimir el impuesto de transmisiones patrimoniales para aquellas operaciones que garanticen la continuidad de las explotaciones, “para que esos hijos, esos jóvenes que tienen a su disposición unas tierras no las abandonen, y puedan continuar con el oficio de sus padres sin que les suponga un lastre económico”.

Asimismo, exige que la reducción de módulos anual se ajuste a los problemas reales de la agricultura. “No tiene sentido que se incluya a los cítricos alicantinos en ayudas puntuales, y que a la hora de tributar no se haya aplicado ninguna reducción, a pesar de haberse solicitado y justificado una disminución en torno al 30% de rendimientos ocasionados por el incremento de los costes de producción o circunstancias climatológicas en este cultivo”. ASAJA Alicante también solicita la ampliación del índice corrector de estimulación objetiva por contratación de mano de obra y el incremento de gastos de difícil justificación en estimulación directa en un 15%, la exención del 85% del IEE (impuesto especial sobre electricidad).

Otra de las demandas fundamentales es dotar de mayor agilidad la estructura administrativa en su gestión. Desde la pandemia, la asociación percibe un proceso de regresión en términos de cercanía; la Administración se ha convertido en una estructura impermeable y en ocasiones inaccesible para el administrado. Ejemplo de ello es que los trámites se demoran demasiado, y lejos de colaborar, ayudar y solucionar, la GVA a veces supone una traba que entorpece y paraliza determinados proyectos en el campo.

Para finalizar, ASAJA Alicante insta a los distintos grupos políticos que trasladen la voz del mundo rural desde las administraciones locales y autonómicas, que trabajen para que se respete a la agricultura como sector estratégico a nivel europeo, y que no se la castigue con acuerdos comerciales que dan preferencia a las producciones de terceros países frente a las nuestras.

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