Reciprocidad o todos “a pajera abierta”

Un año más, entre los agricultores de cítricos tempranos se ha creado un ambiente de inquietud ante la continuidad de la entrada de cítricos de Sudáfrica, posiblemente avalada por las grandes empresas españolas, que está dando lugar a dejar en el olvido a los productores nacionales, que ven como transcurren los días y sus productos, hasta el momento, no encuentran mercados. Estos grandes comercializadores, una vez hayan finalizado la recogida de las cosechas de sus grandes explotaciones fuera de nuestras fronteras y a ellos les convenga, estirando al máximo el tiempo para asegurarse la soga al cuello al productor, será cuando acudan a los agricultores de grandes, medianas y pequeñas fincas españolas para comprar al menor precio posible.


Dicho esto, el escenario actual es que en pleno inicio de campaña de la clementina valenciana, las primeras variedades han sido sentenciadas por las Grandes Cadenas, que se están negando a comprar producto español mientras que se aprovisionan masivamente de mandarinas sudafricanas. En el caso del limón ocurre lo mismo. El agricultor español ve como los limones maduros se quedan en los árboles mientras en los estantes de los supermercados anuncian fruta de “origen nacional” que, si lees la letra pequeña, proviene de terceros países.


He de decir que a los agricultores se nos queda cara de tontos cuando la UE permite que alimentos producidos en terceros países que no cumplen con la estricta normativa de producción alimentaria europea en materia medioambiental, fitosanitaria, ecológica y laboral y cuyo transporte y conservación desde el país de origen hasta el país destino implican una huella de carbono exponencial, entran dentro de nuestras fronteras. Me refiero a Sudáfrica, Marruecos, Egipto, Turquía… cuyos productos tienen libre circulación en nuestro continente.


Y con esto quiero denunciar este hecho y referirme a uno de los principios más justos en los sistemas económicos de un país, el principio de reciprocidad, por el cual pedimos a la UE que nos respete y que se establezcan idénticas exigencias, tanto para los productores de Europa, como para los de terceros países que comercializan dentro de nuestras fronteras. Si esto no ocurre, se está produciendo una competencia desleal gravísima que hace que nos planteemos si nuestra agricultura es sostenible y si no se está resquebrajando la premisa del esfuerzo que vela por garantizar la seguridad alimentaria de la que tanto alardea la UE.
Por otro lado, tenemos que empezar a actuar ya como una Unión Europea cohesionada y exigir lo que hace Estados Unidos, ateniéndose al principio de preferencia comunitaria, que es darle valor al producto nacional. En EE.UU disponen de una normativa por la cual, hasta que no venden todos los cítricos no importan producto extranjero. Somos Europa y eso tiene que verse traducido en una realidad. Si no se cumple, tanto el principio de reciprocidad como el de preferencia comunitaria, se resquebraja el pilar básico para funcionar como Estado y como Unión y, lamentablemente, no se está haciendo y estamos pagando sueldos millonarios a eurodiputados que no son capaces de conocer la problemática que tenemos, por lo que uno llega a pensar que pertenecer a la UE sólo sirve para ponernos obligaciones y ningún derecho.


Así, ante esta grave situación descrita en la que se inicia la campaña citrícola española, ASAJA exige que la Unión Europea aproveche la oportunidad para, en la revisión del Acuerdo con Sudáfrica lleve a cabo una renegociación de las condiciones y establezca cláusulas de salvaguarda. No nos sirve la vaga petición que el Gobierno español ha realizado a la UE de pedir que no se les conceda mayor cupo de importación. Con la que tienen ya nos matan. Debe pelear porque se reduzca el tiempo de entrada, no más allá del 15 de septiembre, además, de solicitar la imposición de aranceles, ya que no producimos bajo las mismas reglas.
Por otro lado, quiero dirigirme a las empresas españolas de gran alimentación y denunciar la indecencia de estas cadenas, que pudiendo ofrecer desde hace más de un mes cítricos españoles frescos, de cercanía, sin residuos químicos, más baratos para el consumidor… por su ceguera llevan 30 días ofertando en sus estantes cítricos de países terceros, con gran huella de carbono, con muchos pesticidas, de menor calidad alimentaria y más caros, y todo cuando ya había empezado la campaña española. Es un atropello y una inmoralidad con los consumidores, con los agricultores, con la sociedad y con su propio país y esperemos que tomen nota y rectifiquen su estrategia.


En este sentido, pedimos a nuestro Gobierno que luche por nuestra agricultura, para que muchas empresas españolas no se vean tentadas a ir producir a países terceros por ser más económico. Es urgente que establezcan medidas para que no se deslocalice la agricultura mediterránea o valenciana. Y es que, la deslocalización de la producción hacia lugares más baratos es una realidad y acabará con nuestro Sector Primario.


Si se reclama producir con todas las exigencias al agricultor europeo para consumir con calidad y sostenibilidad a todos los niveles en Europa y estas leyes implican más gastos de producción, entonces la agricultura europea debe ir por delante y tener preferencia. Si no es así, todos a “pajera abierta”, sin exigencias de producción, sin leyes ambientales y mano de obra barata. Competencia sí, pero con las mismas reglas del juego para todos.

José Vicente Andreu Marcos
Presidente de ASAJA Alicante

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