Agroseguro introduce modificaciones en su póliza para explotaciones de limón y naranjas que aumentan la crispación de los profesionales agrarios. «Se deja de pagar el plus por helada y se reduce la cobertura a explotaciones reincidentes», comenta el responsable de seguros agrarios de Asaja.
El clima de crispación entre los agricultores no para de crecer. Las progresivas tractoradas convocadas tenían como objetivo levantar la voz ante lo que ellos consideraban unas malas condiciones del sector agrario y ganadero. Entre las cuestiones por las que se hacían oír, destacaban la exigencia de precios justos ante el aumento de los costes, mayor flexibilidad de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea y la demanda de más ayudas por los problemas causados, entre otras cosas, por la sequía.
Ahora, los profesionales del sector primario han encontrado inconvenientes en la nueva campaña de 2024 de los seguros de cítricos de la Comunidad Valenciana al estimar que genera un «proceso de retroceso» para los asegurados, «especialmente en Alicante con el limón». De esta forma, fuentes de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Alicante (Asaja) valoran los cambios como «muy negativos» para los agricultores.
¿Qué novedades tiene esta nueva campaña de Agroseguro para los cítricos respecto a las de otros años? Pues si bien en 2022 ya se concretó un retroceso al dejar fuera de la cobertura los desperfectos provocados en las cosechas por el fuerte viento y el pasado año la extensión de garantías de la cobertura del daño derivado del pedrisco, esta campaña ha introducido dos modificaciones que acaban repercutiendo en más complicaciones para los profesionales agrarios especializados en cítricos.
En primer lugar, una de las modificaciones radica en la eliminación de la garantía adicional que tenían los agricultores en daños por helada por la que se pagaba una indemnización mayor si se accedía a dicha garantía. «Ya no existe la posibilidad de que un agricultor pueda contratar esta mejora en la tasación de sus daños por helada, tanto en naranja como en limón y mandarina», critica Antonio Gascón, responsable de seguros agrarios de Asaja Alicante. Antes, el agricultor elegía una póliza de «Calidad Alta» para daños de helada, pero con el cambio introducido solamente existe calidad estándar, cuya indemnización es menor.
En segundo lugar, otra de las novedades es la invención de la figura del Asegurado RAS (reiterada y alta siniestralidad) en la que se encasilla a un agricultor que haya cumplido unos parámetros concretos estando asegurado. En este sentido, si supera una siniestralidad del 250% en el histórico de su explotación, según un indice de siniestralidad que han creado para tasar los siniestros causados por cualquier adversidad climática de las tres últimas campañas, le reducen la cobertura del seguro al calificarlo de «mal agricultor».
A los acreditados como Asegurados RAS, el seguro les establece un límite de daños por parcela al 50% mientras que, a su vez, le aumentan la franquicia un 30%. Estos datos, trasladados por Asaja, muestran una reducción en la cobertura agraria de cítricos para la nueva campaña. «Por poner un ejemplo, si un agricultor tuviera un daño del 100% en su limón, como tiene un límite del 50%, solo le podrían pagar el 50%. Sin embargo, al restarle el 30% como franquicia, recibiría únicamente una indemnización del 20%», explica Gascón.
Los agricultores se sienten «castigados» al entender que ellos no tienen la culpa de sufrir daños en su explotación. El responsable de seguros agrarios considera que estos cambios «perjudican al sector primario» y los cataloga de «despropósito». No obstante, era una medida que Agroseguro ya había iniciado con los frutales, con lo que la catalogación de RAS no pilla por sorpresa a los profesionales agrarios.
Entre Agroseguro y ENESA
Partiendo de que la contratación de una póliza de seguro es obligada para los agricultores, parece evidente que la reducción de coberturas es una mala noticia para el sector. Gascón alega que Agroseguro «está empeorando y desmantelando el sistema de seguros que teníamos en la Comunidad Valenciana sin justificación alguna. En el conjunto del sector cítrico de la Comunidad Valenciana no hay una justificación que avale estas medidas, esto es un castigo excesivo».
Los agricultores citrícolas alicantinos ubicados en lugares donde se hayan producido un mayor número de siniestros, o cuya localización tienda a tenerlos con más asiduidad, son los principales damnificados por un cambio de tasación producido por la continua prolifereción del cambio climático, que es el principal causante de estos daños a explotaciones, principalmente, de limones. «Las condiciones siempre empeoran para el lado del agricultor», subraya el responsable de seguros de Asaja en Alicante, que critica de forma directa la «deriva mercantilista» de la aseguradora.
Además, por si no fuera poco, hay otra cuestión que aumenta el descontento de los agricultores. Este tiene que ver con ENESA, la Entidad Estatal de Seguros Agrarios, que ha llevado a cabo una reducción de 10 puntos en la subvención base que aplica el Ministerio de Agricultura y Pesca. «Esto conlleva que el profesional agrario tenga que hacer un mayor desembolso para poder contratar el seguro», añade Gascón.
No obstante, también se ha procedido a realizar un aumento de 8 puntos en la subvención a agricultores que puedan justificar, según sus características, que son profesionales o socios de una organización de productores. «Esto que puede parecer un beneficio, no deja de ser una pérdida de 2 puntos en relación con las ayudas para contratar una póliza», entiende. Desde INFORMACIÓN hemos intentado ponernos en contacto con Agroseguro para que nos comentase de primera mano en qué consistían estas modificaciones en la póliza del seguro para cítricos pero no hemos recibido contestación de la aseguradora hasta la fecha.
Relevo generacional
«Los agricultores ahora prefieren que sus hijos se dediquen a otra profesión porque están viendo peligrar sus explotaciones». Las cada vez peores condiciones del sector primario hacen que progresivamente haya menor relevo generacional, muchas veces impuesto por los propios trabajadores a sus hijos y nietos, que abogan por «buscar algo mejor para su familia». Antonio Gascón, responsable de seguros de Asaja Alicante, pone el foco en el futuro del sector y evidencia el mal momento que está pasando: «Cuando un agricultor entra en un círculo en el que no tiene ingresos, y habiendo recurrido a la financiación privada para obtener recursos de los bancos, entra en una espiral de la que es muy difícil salir». Así, critica de forma directa el último inconveniente que ha vivido el sector agrícola para evidenciar un problema que sacude a todos, no solamente al gremio de los cítricos.
Gascón entiende que todos los problemas que están viviendo los agricultores de la provincia, como la sequía, la falta de flexibilidad de una Política Agraria Común (PAC) eficiente desde el punto de vista del payés o el aumento de los costes de producción que no va parejo con unos precios en igualdad de condiciones, hace que los profesionales del sector «acaben jubilándose y no haya un relevo generacional». Además, estima que «esto es malo para todos, también para la sociedad en su conjunto, porque la agricultura está cayendo en manos de grandes empresas, de fondos de inversión y están dejando de lado el consumo de proximidad, tan importante para una alimentación más saludable».
En este sentido, otro de los problemas derivados sería (y es) el progresivo abandono del medio rural: «El abandono de explotaciones agrícolas genera también un despoblamiento de las zonas rurales. Es un cúmulo de problemáticas que vienen en cascada por la falta de apoyo que recibe el sector primario, y no hay que olvidar que se llama primario porque es la base y el origen de cualquier actividad económica y de cualquier sociedad», finaliza el responsable de seguros de Asaja Alicante.
Fuente: Diario Información