LA NARANJA, UN TESORO MARCADO

15/01/2025

Entre los varios problemas que hemos tenido este 2024 en el sector agrario no nos olvidaremos de la sequía ni de los bajos precios que han golpeado al agricultor. Pero tampoco de las plagas importadas -que cada vez son más-, sobre todo de una de nombre Scirtothrips aurantii y de mote trips de Sudáfrica, para los amigos.

Estos insectos foráneos han llegado por la falta de control en los puertos durante la entrada de frutas y verduras de terceros países. A la gravedad del asunto hay que sumar el hecho de que en Europa los productores tenemos muy limitado el uso de fitosanitarios para controlar las plagas y atenuar sus daños en nuestras cosechas.

¿Lo que se nos requiere es justo y propio de un país avanzado? La respuesta es no. Esta encrucijada nos deja desprotegidos: primero nos traen las plagas y después nos dejan sin defensas para combatirlas. El medio ambiente es nuestra casa, la de todos. En España, el 100% de los ciudadanos somos consumidores, frente a solo un 4,5% que somos agricultores. Ese empeño que ponemos en crear alimentos sanos y de calidad deberían aplicárselo los políticos en garantizar que lo que viene de fuera no compromete la seguridad alimentaria de la sociedad ni menoscaba nuestra rentabilidad. Como decimos desde ASAJA, juguemos al mismo juego, pero siempre con las mismas normas.

Volviendo al trips, es terriblemente voraz. Mide menos de un milímetro, casi imperceptible a la vista, y ataca a cualquier vegetal dejando la piel de los frutos marcada como un anárquico tatuaje de mil cicatrices. El daño solo es externo, por lo que desluce su aspecto. Arrasa allá por donde pasa dejando su huella en granadas, uvas, aguacates y cítricos, entre otros tantos.

Este año le tocó lidiar con él a la emblemática Granada Mollar de Elche. Al principio de la campaña cundió el pánico. ¿Iban los consumidores a rechazar la “Reina de todas las Granadas” solo por unas manchas en su exterior? No podíamos permitirlo. Por ello nos reunimos con los supermercados valencianos para darles la información precisa y a tiempo. Les abrimos unas granadas marcadas y su interior enseñó la riqueza y calidad del fruto, intacto. A veces necesitamos ver, tocar y probar para comprobar.

El resultado no ha podido ser mejor. Las granadas se han vendido muy bien, con precios justos para productores y consumidores, con un equilibrio en toda la cadena alimentaria, algo que siempre reivindicamos desde ASAJA Alicante.

Ahora, en plena campaña de cítricos nos toca enfrentarnos a una batalla similar. Las naranjas tienen la piel con manchas y algunos comerciantes están empezando a rechazarlas para su venta como fruta de primera categoría, con las pérdidas económicas que ello supone.
Como agricultor afectado, pero sobre todo como presidente de esta asociación, mi deber es informar que nuestras naranjas no son feas, sino que están marcadas por la inacción de quien nos gobierna en Europa. Su piel tiene imperfecciones importadas de la desidia generalizada de unos políticos que no saben salvaguardar nuestros tesoros. Pero su interior es bello, y su sabor y zumo inigualables. Diría que este año están más sabrosas de lo normal, si cabe.
Por ello, hagamos de esas marcas señas de identidad de su calidad interna. No seamos nosotros mismos los que nos pongamos más piedras y consumamos este invierno y primavera naranjas de nuestra tierra, de aquí, de las nuestras.

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