Los agricultores ilicitanos han dado la voz de alarma ante un nuevo problema que está atacando a los cultivos del Camp d’Elx y que se suma a la escasez de agua, las plagas y a la presencia de otras especies animales como los conejos o las palomas torcaces. Se trata de un nuevo tipo de «fauna salvaje», como la define Pedro Valero, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA).
«Hasta ahora teníamos serios problemas con los conejos que habitan en todo el campo, pero, sobre todo, cerca de los saladares, donde hay bancales abandonados. No obstante, en cierto modo, los podemos controlar poniendo barreras en forma mallas para que no puedan acceder a los bancales de cultivo», explica Valero que añade que «sin embargo, de un tiempo a esta parte nos estamos enfrentando a un problema que tiene difícil solución y que es la creciente presencia de manadas de jabalíes en las zonas cercanas a El Hondo y al cauce del río Vinalopó. Un problema que va a más y que nos preocupa seriamente».
El representante de los agricultores en Elche señala que estos animales, que han encontrado refugio en los carrizales cercanos al río, están provocando graves daños en los cultivos locales, especialmente en los granados, así como en las conducciones de los sistemas de riego por goteo que están siendo mordidas e inutilizadas.
Los jabalíes, conocidos por su capacidad de recorrer hasta 20 kilómetros en una sola noche, han comenzado a migrar desde las zonas del Hondo hacia las tierras agrícolas más cercanas al casco urbano ilicitano provocando estragos, especialmente en los granados.
«Los jabalíes duermen durante el día y aprovechan la noche para salir en manadas a comer. En mi finca de granados, al igual que otras muchas, se puede observar cómo toda la parte baja del árbol, de un metro y pico para abajo, que es donde ellos alcanzan, están sin fruta», señala Valero que añade que «al contrario que ocurre con los conejos, con mallas no se puede persuadir a los jabalíes».
Algunos agricultores están recurriendo a medidas adicionales, como el uso de luces solares con detectores de movimiento, con la esperanza de espantar a los jabalíes, pero sin éxito asegurado. Otros métodos, como las cercas eléctricas, aún no son comunes en la zona y son muy costosas.
Para los propietarios de cultivos, la solución pasa porque se facilite a los cazadores con licencia la caza de estos animales.
«Esta sería una alternativa para evitar que se multipliquen, ya que suelen tener unas diez crías al cabo de un año», dice el agricultor quien cuenta que recientemente hubo en El Hondo una reunión de los agricultores de la zona con el director general de Caza con el fin de facilitar la concesión de las licencias de caza.
Por otra parte, representantes de las asociaciones de agricultores se reunieron hace unos días con el conseller de Agricultura de la Generalitat Valenciana y le plantearon la posibilidad de que en la Comunidad Valenciana se autorice el consumo de carne de jabalí, como ya ocurre en otras autonomías cercanas, algo que incentivaría su caza. «El conseller nos aseguró que están trabajando en ello. Creemos que es una buena solución, ya que hay que recordar que en regiones como Castilla-La Mancha, los embutidos de jabalí son muy apreciados y alcanzan precios significativamente más altos que otras carnes», apunta Valero.
Valero, cuenta que desde la conselleria, además de permitir la caza, se están realizando trámites para facilitar los permisos correspondientes y promover técnicas más efectivas de captura, como la instalación de jaulas.