La desconexión ferroviaria del aeropuerto de Alicante convierte su entorno natural en huertos de coches

El presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, y el presidente de la Unión Empresarial de Alicante (Uepal), Juan José Sellés, lamentan que la inexistencia de conexión por tren de media distancia entre el aeródromo y el resto de la provincia haya convertido el suelo de su entorno en un párking de 140 hectáreas y en un negocio que fomenta la movilidad privada y las emisiones de carbono.

Alicante, 3 de febrero de 2022. ASAJA y Uepal coinciden en denunciar las consecuencias ambientales, paisajísticas y económicas de la falta de impulso político a la conexión del aeropuerto de Elche-Alicante con la red ferroviaria de la provincia y su integración con las ciudades de Alicante y Elche. El históricamente quinto aeropuerto por tráfico de pasajeros del país -séptimo en 2021- sigue siendo sólo accesible por carretera once años después de su ampliación y tras 55 años de funcionamiento, una situación excepcional que no padecen ninguno de los principales aeropuertos peninsulares. El aeródromo de El Altet es uno de los aeropuertos turísticos peor conectados del mundo y el único, junto con el de Marrakech, que no tiene conexión ferroviaria.

Este aislamiento tiene impactos negativos en el territorio, el paisaje, el valor ambiental y la función agraria del suelo. La desconexión ferroviaria ha provocado que el suelo rústico de sus alrededores se haya convertido en una gigantesca era de asfalto donde una veintena de parkings y empresas de alquiler de vehículos ocupan más de 140 hectáreas, superficie equivalente a 140 campos de fútbol. «Los turistas que van al norte o al sur de la provincia no tienen un cercanías o una buena combinación de transporte público para llegar a su destino, por lo que tienen que alquilar coches. La Administración quiere que el transporte sea sostenible pero aquí está fomentando lo contrario», denuncia José Vicente Andreu.

La proliferación de estos «huertos de coches», en palabras del presidente de ASAJA Alicante, se ha producido de forma notable en los últimos 20 años. A través del visor cartográfico de la Generalitat Valenciana, ambas organizaciones sectoriales han comprobado cómo los antiguos bancales ubicados entre el aeródromo y la rotonda que conecta IFA con la N-338 han desaparecido bajo el aglomerado de los aparcamientos. «Las imágenes del satélite muestran hasta cómo se ha cubierto una balsa de riego entre 2002 y la actualidad», añade Andreu.

El terreno del entorno del aeródromo, de valor productivo, es especialmente valioso a nivel medioambiental al formar parte del ecosistema de los humedales del sur. Además, todas estas zonas tuvieron tradicionalmente uso agrícola. El presidente de Asaja lamenta especialmente que en el área del noroeste del aeródromo se hayan convertido en «bancales de coches» unas 70 hectáreas de antiguos terrenos de cultivo de gran valor ambiental. Muy cerca del del aeropuerto existen varias franjas de vegetación incluida en el inventario nacional de hábitats.

Por esta razón, el representante de los agricultores asegura no entender «cómo se permite que el espacio natural retroceda en favor de un sistema de transporte poco eficiente», especialmente «cuando se está legislando para reducir los impactos ambientales y las emisiones de CO2» en todas las actividades económicas.

Parkings frente a praderas

Que el patrimonio público alicantino paga las consecuencias de la inacción política en infraestructuras es un hecho comprobable a vista de pájaro. Ninguno de los grandes aeropuertos de la península está rodeado de campas de aglomerado para que los pasajeros usen un vehículo particular para desplazarse.

«En los alrededores de Barajas hay campo y praderas; los polígonos industriales están al sur. Junto al aeropuerto de Valencia, vemos un campo de golf y tierras agrícolas. El de Málaga sólo tiene dos pequeños parkings al este, en la entrada, algo habitual», analiza el representante de los agricultores. Todos estos aeródromos tienen en común que una línea de metro o de cercanías canalizan el tráfico de pasajeros hasta intercambiadores desde donde llegan a su destino. «Llevamos veinte años reclamando esta infraestructura y seguimos confirmando cómo la falta de inversiones en movilidad sostenible agrede al medio ambiente», zanja Andreu.

Uepal defiende la conexión por tren para unir Alicante y Elche

El presidente de Uepal, Juan José Sellés, apuesta también por conectar el aeropuerto por vía férrea con las dos ciudades que llevan su nombre. «El Aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández necesita con urgencia una conexión ferroviaria del siglo XXI. De esta manera se evitaría el tráfico de vehículos privados hacia el quinto aeropuerto de España y tendríamos una mejor comunicación y relación entre las ciudades de Elche y Alicante, con el aeropuerto como nexo común», asegura el dirigente de la patronal provincial.

Sellés defiende esta solución como parte de la transición ecológica que deben realizar todas las actividades productivas. «Si queremos descarbonizar la economía tenemos que hacer apuestas de verdad, no sólo discursos, lo que supone invertir en transporte colectivo y mejorar la red de cercanías Alicante- Elche», sostiene.

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