ASAJA Alicante solicita a la Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca que active de forma urgente un plan de reposición de almendros muertos por la sequía en la Comunidad Valenciana a través de una línea de ayudas destinada a los agricultores de secano para hacer frente con los gastos de arranque y replantación. “De no ser así, el cultivo corre serio riesgo de desaparición: muchos árboles se han quedado improductivos por la sequía y necesitan que la administración autonómica actúe antes de que la situación sea irreversible”.
El pasado año hidrológico se cerró con un déficit pluviométrico del 56% en Alicante, constituyéndose como el más árido desde que hay registros para la provincia, según la AEMET. Una situación meteorológica que ya se venía agravando en los últimos años y que ha llevado a agonizar a los almendros de la provincia; si en condiciones normales suelen tener una edad productiva de 30 años, con la extrema sequía árboles de entre 15 y 20 años están muriendo prematuramente.
La asociación agraria destaca negativamente el varapalo que sufre el almendro de secano, con una merma del -32,82% de hectáreas solo en la provincia de Alicante (de 20.413 a 14.658 ha) en los últimos catorce años. Por esa razón, ASAJA Alicante insta a la administración pública a activar una línea de apoyo destinada al arranque y replantación para los agricultores de almendro en régimen de secano cuyas explotaciones agrarias estén situadas en la Comunidad Valenciana, con un importe fijo por árbol y la garantía de que dicha ayuda tenga una duración de, al menos, cuatro años. “Es ahora o nunca, porque estamos llegando a un punto en el que no habrá vuelta atrás”, afirma el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu.
En situaciones excepcionales como la que hemos sufrido, se requiere una posición activa de las administraciones. “No estamos hablando de mermas de producción y daños en la cosecha… lo que demandamos es reponer los árboles que hemos perdido y por ello, desde ASAJA Alicante solicitamos una colaboración económica y ayudas directas para sustituir arboles muertos que no han aguantado la extrema sequía de los últimos años, por nuevas plantaciones con el fin de internar conservar el potencial productivo de frutos secos y evitar el abandono”.
Si analizamos otras comunidades autónomas tradicionalmente productoras, desde el año 2000 hasta el 2024 la superficie se ha incrementado notablemente en Castilla-La Mancha (+284,8%), Aragón (+32,1%), Murcia (+14,2%) y Andalucía (+10,9%), mientras que ha disminuido en Baleares (-65,9%), Cataluña (-41,5%) y la Comunidad Valenciana (-26,4%). En este sentido, la Región de Murcia, con mejores resultados que la nuestra, ha recibido las ayudas que solicitamos para que los agricultores de la Comunidad Valenciana puedan reconvertir sus fincas de almendros.
Valor medioambiental
Durante siglos, el almendro ha sido un cultivo bien adaptado a las condiciones de secano en la provincia de Alicante; seña de identidad de nuestra tierra y parte inconfundible de nuestro paisaje, así como reclamo turístico por su inconfundible flor. En las comarcas de la Montaña de Alicante, muy tocadas por la Xylella Fastidiosa, pero más si cabe por su fracasada política de erradicación, el panorama es desolador. La figura del pequeño agricultor está en serio peligro de desaparición, así como una arraigada tradición familiar asociada a este cultivo.
“El almendro de secano ocupa espacios cultivados en los que no se puede plantar otra cosa, siempre junto a espacios de alto valor ambiental”, informa ASAJA, e insiste en que “el abandono no solo está suponiendo un agravio económico para los agricultores, que se ven obligados a cambiar de actividad o invertir en otros cultivos, también da lugar a un bosque sin control, incrementando el riesgo de proliferación de incendios”.
En el caso de Torremendo (Orihuela), el almendro se sitúa dentro del espacio protegido del parque natural de Sierra de Escalona y juega un papel fundamental en el mantenimiento de especies protegidas de fauna como el águila real, milano real, águila perdicera, gato montés y, probablemente, pronto el lince ibérico.