Juan Luis Gimeno, vicepresidente de la organización agraria y responsable de una explotación de cabras en Monóvar, ha dejado de exportar rumiantes de tipo lechero a países como Arabia Saudí, Irán o Argelia por el fuerte incremento de costes.
Alicante, 15 de noviembre de 2022. Los ganaderos de la provincia temen quedarse sin materias primas básicas para garantizar la alimentación de los animales como consecuencia de la huelga de transportes de mercancías iniciada este lunes. “Nosotros no tenemos máquinas que podamos parar unos días, pase lo que pase nuestros animales tienen que comer”, manifiesta el vicepresidente de ASAJA Alicante, Juan Luis Gimeno, quien además regenta una explotación mediana de cabras de tipo lechero en el municipio de Monóvar. En este sentido, confiesa que este duro revés podría agravar el panorama desolador que atraviesa la ganadería este último año, cuyo principal problema es la falta de rentabilidad, agravada por el incremento de precios asociado a la electricidad, los combustibles y los piensos.
«El encarecimiento generalizado de suministros se ha atenuado a raíz de la guerra de Ucrania, hasta tal punto que no cubrimos ni los costes. Ahora mismo la actividad es prácticamente inviable, tanto que los pocos que exportábamos para buscar un balón de oxígeno para un sector tan castigado, hemos tenido que dejar de hacerlo”, admite. Hace un par de años, fletar un avión para para transportar 1.500 cabras valía aproximadamente 200.000 euros. Ahora, tras la subida de los carburantes cuesta justo el doble. “A los intermediarios tampoco les salen las cuentas”. Sobre la subida del precio de la leche en caprino indica que, entre otras cosas, es consecuencia del encarecimiento de los forrajes, que han experimentado una subida del 80-100%. “Hace un año, llenar un silo de 12000 kilos de cereal me costaba 3500 euros, mientras que ahora tengo que desembolsar 6500; por un camión de alfalfa pagaba 1100 euros, y ahora no baja de 2000”.
Los datos más recientes que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de mayo arrojaron una radiografía clara de la ganadería en Alicante: en los últimos diez años desaparecieron unas 630 explotaciones y 50.000 cabezas de ganado. Gimeno aclara que, de estas explotaciones, el Medio Vinalopó concentra seis o siete ganaderías fuertes de caprino lechero, aunque también queda alguna en la zona de Elche y Vega Baja. La oveja de carne está más distribuida por toda la provincia. Y de vaca, la explotación más grande está en Villena, con alguna pequeña en la Vega Baja.
Sobre las medidas que podrían contribuir a impulsar el sector, el vicepresidente de ASAJA Alicante señala que es crucial el correcto funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria y la penalización inmediata de los agentes que no la cumplan. “No puede ser que a mí me paguen 45 euros por un cabrito, y luego vea una oferta en el supermercado por 180 euros, un 400% más”, lamenta. Al mismo problema se enfrenta actualmente la agricultura; de hecho, la asociación agraria alicantina lleva meses denunciando los movimientos especulativos que está llevando a cabo la gran distribución para sacar tajada, que infla los precios de frutas y hortalizas que el consumidor tiene que pagar a precio de oro, mientras que los agricultores siguen sin poder cubrir sus costes.
Asimismo, Gimeno reivindica que la Administración sea más justa en la retribución de los impuestos. “No queremos ayudas puntuales que supongan un parche para uno o dos meses; necesitamos garantizar la rentabilidad del sector con una aplicación más equitativa del IRPF, que supondría un alivio real”.