El aumento de la oferta y la caída del consumo marcan una campaña complicada para los agricultores
La cuenta atrás para Nochevieja ya ha comenzado y, un año más, la uva vuelve a ser protagonista en la última noche del año. Doce campanadas, doce granos y un ritual que se repite en millones de hogares. Pero este 31 de diciembre hay una diferencia clara respecto a campañas anteriores: la uva de la suerte, la variedad aledo del Vinalopó, llega más barata al consumidor.
El descenso es notable. Si el año pasado el kilo rondaba los 3,80 euros, esta campaña se mueve entre los 2,40 y 2,50 euros, una bajada de cerca del 40 %. Un alivio para el bolsillo en plena escalada del coste de la vida, pero una situación mucho más compleja para los agricultores y productores.
«Este año la uva está más barata, al menos un euro o euro y medio menos que el año pasado», explica José Enrique Sánchez, presidente del Consejo Regulador de la DOP Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó y miembro de ASAJA. «La aledo, que es la uva tradicional de Nochevieja y tiene pepita, está claramente a la baja. Es una uva que siempre se ha comido en estas fechas y que se cultiva en toda la comarca del Medio Vinalopó».
La explicación, según Sánchez, está en varios factores que se han juntado en la misma campaña. Por un lado, el consumo se ha ralentizado. «La cesta de la compra vale mucho dinero y los productos que no son imprescindibles se compran menos», aclara. Y por otro, la oferta es elevada. «Este año hay una cosecha importante no solo en el Medio Vinalopó, también en Murcia o en Italia. Hay mucha uva y poco consumo, así que los precios bajan. Es oferta y demanda».
A esto se suma el papel de las grandes cadenas de distribución, que suelen utilizar la uva de Nochevieja como producto reclamo. «Siempre hay ofertas en estas fechas», apunta Sánchez, aunque aclara que el precio ya está prácticamente fijado y no se espera que varíe en las próximas semanas.
Técnica centenaria
Detrás de cada racimo de aledo hay meses de trabajo y una técnica única que distingue a la uva del Vinalopó del resto. Se trata del embolsado, un método centenario que consiste en colocar manualmente una bolsa de papel alrededor de cada racimo cuando aún está en la cepa. Un proceso que comienza a finales de junio y principios de julio y que protege la uva durante al menos 60 días de agentes externos, permitiendo que madure lentamente y conserve mejor su textura y sabor.
«Es una técnica que solo se hace aquí, en el Vinalopó», recuerdan desde el sector. Municipios como Novelda, Monforte del Cid, Aspe, La Romana, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes o Agost concentran la producción de esta uva tan ligada a la tradición de Nochevieja.
La recolección tampoco entiende de prisas ni de máquinas. Es completamente artesanal. Manos expertas seleccionan racimo a racimo en su punto óptimo de maduración, y después se someten a estrictos controles de calidad antes de llegar al mercado. Un proceso que, además, genera empleo cada año para miles de personas en la comarca.
Pero si el consumidor puede celebrar la bajada de precios, en el campo el balance es más ajustado. Juanjo García, del departamento comercial de Frutas Jopami, en Aspe, lo explica con claridad. «La bajada del precio ha sido muy grande, alrededor de un 40 %, y llega en un año con muchos costes. El calor de este verano nos ha hecho daño en el campo».
Verano caluroso
Agosto fue especialmente duro. «Tuvimos cinco o seis días de muchísimo calor que afectaron a la uva. Al principio no se notaba, pero semanas después empezaron a aparecer los síntomas. Hemos tenido pérdidas, merma y más gasto. Ha sido un año complicado», asegura García.
Aun así, la producción se considera normal en términos generales, más allá de esos episodios puntuales. El problema vuelve a estar en el mercado. «Otros países que nos hacen mucha competencia, como Italia, han tenido una campaña muy buena en volumen y calidad. Eso hace que tengamos que bajar precios para poder competir y, además, al tener ellos mucho producto, nosotros vendemos menos».
La aledo es la última variedad en salir al mercado y la encargada de cerrar la campaña de la uva embolsada. La comercialización comienza a finales de agosto con las variedades más tempranas y se alarga hasta principios de enero, cuando la uva de Navidad cumple su función estrella: estar presente en las mesas durante las campanadas.
«El embolsado empieza a finales de junio y cortamos ahora, a finales de noviembre o principios de diciembre», explica García. «Durante todos esos meses la uva se va abonando y cuidando para que llegue lo más fresca posible al consumidor en estas fechas tan especiales».
Ventas
El destino principal sigue siendo el mercado nacional. Aproximadamente el 80 % de la uva del Vinalopó se vende en supermercados de toda España, mientras que alrededor del 10 % se exporta, principalmente a Francia e Italia. «Nuestra intención es que la uva de Aspe y del Vinalopó esté presente en toda España en Nochevieja», concluye García en el caso de Frutas Jopami.
Fuente: Diario Información
